Tuesday, January 8, 2008
Economia
La economía de las culturas más desarrolladas estaba basada en la agricultura y la alimentación básica provenía de los cultivos de maíz, alubias (frijoles, caraotas o porotos en algunas partes) y calabaza o auyama, en Mesoamérica, mientras que en el área andina destacaban también el maíz, los frijoles y las calabazas así como tubérculos como la papa , el camote o batata, la yuca o mandioca, y gramíneas como la quinua. plantas originarias de la América del Sur, constituían los cultivos más importantes en esta parte del continente. La caza y la pesca aportaban complementos proteínicos y grasas a la dieta de los pueblos amerindios. Entre las plantas autóctonas del continente americano, y cuyo cultivo proporcionaba un complemento importante de la dieta podemos citar el tomate, aguacate, merey, maní (cacahuete, en España), cacao, ananás o piña, etc. Como las especies pecuarias domesticadas más importantes (los distintos tipos de ganadería: vacuna, equina, lanar, caprina, porcina, etc.), no existían en América, ya que fueron introducidas por los españoles, los animales domésticos eran bastante escasos, si exceptuamos a los perros a lo largo y ancho de todo el continente, a los acures o cobayos entre los incas (los conejillos de Indias, como se llamaron en España) y a los pavos en el caso de América del Norte, México y en otras partes del continente.
Wednesday, December 19, 2007
Música Precolombina e instrumentos musicales
Una trompeta precolombina.---->
La música es un arte sublime, además de ser uno de los aspectos intangibles de las culturas precolombinas. A través de su arte, de sus sitios y construcciones, estas culturas se continúan comunicando con fuerza y misterio, mientras sus instrumen-
tos musicales han permanecido mudos. La mejor muestra existente sobre la música ancestral son algunos instrumentos que han logrado permanecer en el tiempo; éstos, junto a la observación de cerámica representativa, dibujos y diseños, además de
fragmentarias descripciones escritas por los cronistas españoles después de la Conquista, son algunos de los elementos que la etnomusicología toma para rehacer una visión del mundo sonoro prehispánico. Para entender estos instrumentos, sería necesario un esfuerzo por reconstruir nuestra visión de lo que conocemos por música; pues estos objetos, más allá de ser instrumentos musicales, en un principio
tuvieron una finalidad asociada a la comunicación con el mundo natural y sobrenatural. La arquitectura y estética de aquellos instrumentos respondía a una compleja visión de los ciclos, la vida y la muerte, el movimiento del cielo y el inframundo y, también, a aspectos más simples como la imitación de sonidos con los cuales se convivía. Estas características se aprecian en sus diferentes formas y sonoridades.
Pienso que los instrumentos precolombinas eran mas interesante que los trompetas de hoy en dia.
Sunday, December 16, 2007
Mayas
a civilización maya dominó el sur de Mesoamérica durante la segunda mitad del primer milenio de nuestra era. Aunque se originó en el periodo preclásico, la cultura maya alcanzó su apogeo artístico e intelectual durante la última etapa clásica, desde alrededor del año 600 hasta aproximadamente el 900. En la época de la conquista española ya se encontraba en decadencia.
Ninguna otra civilización precolombina igualó a los mayas en la variedad y calidad de su arquitectura. Los emplazamientos mayas clásicos se fundaron en un principio en las zonas de las tierras bajas tropicales. Comparados con la cultura de Teotihuacán, dichos emplazamientos parece que prestaron mayor atención a los aspectos ceremoniales y dedicaron menos interés a los urbanos. La mayoría de las ruinas mayas están en México. Entre ellas se puede mencionar Palenque, Yaxchilán y Bonampak y en la península de Yucatán, Chichén Itzá, Cobá, Dzibilchaltún, Edzná, Hochab, Kabah, Labná, Sayil, Uxmal y Xpuhil. Otros emplazamientos importantes son los de Copán, en Honduras, y los de Guatemala: Piedras Negras, Quiriguá y Tikal, el mayor de todos los centros ceremoniales mayas. Su arquitectura se caracteriza por un sentido exquisito de la proporción y el diseño, así como por su refinamiento estructural y la sutileza de los detalles. Los mayas utilizaron la escultura más ampliamente en la decoración arquitectónica que todas las demás civilizaciones precolombinas. La bóveda de saledizo se empleó no sólo para cubrir espacios interiores sino también para construir arcos apuntados o trilobulados. También construyeron caminos pavimentados que conectaban los centros administrativos y religiosos más importantes. Se cree que se utilizaban sobre todo para procesiones ceremoniales y como símbolo de lazos políticos.
Ninguna otra civilización precolombina igualó a los mayas en la variedad y calidad de su arquitectura. Los emplazamientos mayas clásicos se fundaron en un principio en las zonas de las tierras bajas tropicales. Comparados con la cultura de Teotihuacán, dichos emplazamientos parece que prestaron mayor atención a los aspectos ceremoniales y dedicaron menos interés a los urbanos. La mayoría de las ruinas mayas están en México. Entre ellas se puede mencionar Palenque, Yaxchilán y Bonampak y en la península de Yucatán, Chichén Itzá, Cobá, Dzibilchaltún, Edzná, Hochab, Kabah, Labná, Sayil, Uxmal y Xpuhil. Otros emplazamientos importantes son los de Copán, en Honduras, y los de Guatemala: Piedras Negras, Quiriguá y Tikal, el mayor de todos los centros ceremoniales mayas. Su arquitectura se caracteriza por un sentido exquisito de la proporción y el diseño, así como por su refinamiento estructural y la sutileza de los detalles. Los mayas utilizaron la escultura más ampliamente en la decoración arquitectónica que todas las demás civilizaciones precolombinas. La bóveda de saledizo se empleó no sólo para cubrir espacios interiores sino también para construir arcos apuntados o trilobulados. También construyeron caminos pavimentados que conectaban los centros administrativos y religiosos más importantes. Se cree que se utilizaban sobre todo para procesiones ceremoniales y como símbolo de lazos políticos.
Textiles
Gracias a su clima extremadamente seco, la costa de Perú es la única región de la que se conservan ejemplos importantes de tejidos de periodos precolombinos tempranos. Enterrados en tumbas del desierto, especialmente en la península de Paracas, se han conservado en perfecto estado piezas que tienen una antigüedad de 2.500 años. La fibra más común utilizada para tejer vestidos era el algodón, aunque en la zona central andina también se usaba la lana de llama, alpaca y vicuña. A menudo se coloreaban dichos materiales con tintes minerales y vegetales. Las telas presentaban diseños e imágenes que se incorporaban directamente al tejerlas, o que se pintaban, estampaban, bordaban o aplicaban posteriormente. En el periodo posclásico en Perú y Mesoamérica también se utilizaban plumas para hacer mosaicos y otros objetos como escudos y tocados (véase Tejidos latinoamericanos).
Metalistería
Desde su supuesto origen en el norte de la zona central andina alrededor del 700 a.C., el trabajo del metal se extendió hacia el área intermedia y alcanzó Mesoamérica alrededor del 1000 d.C. Debido a la insaciable sed de oro y plata de los europeos durante la conquista y después de ella, la mayoría de los objetos que no estaban enterrados o escondidos fueron fundidos por los conquistadores españoles y transportados como lingotes a España. Aunque las culturas prehispánicas no conocían el hierro ni el acero, habían trabajado mucho el cobre y habían descubierto la aleación del bronce alrededor del 1000 d.C. La tumbaga, una aleación de cobre y oro, se utilizó en Perú, Colombia y Ecuador. Se aplicaron muchas técnicas para trabajar el metal, que iban desde la cera perdida, hasta la soldadura, el repujado y el grabado. Los trabajos en metal solían estar grabados, chapados en oro o decorados con incrustaciones de piedras y conchas de mar.
Cerámica
De todo el mundo precolombino son los objetos de cerámica los que en mayor número han llegado hasta nuestros días. Se cree que la cerámica surgió en Colombia o Ecuador y que sustituyó a las canastas y vasijas de calabaza seca utilizadas como recipientes. Se hacían objetos de cerámica y arcilla tanto a mano como utilizando moldes para luego decorarse con diseños estampados mediante un bloque de terracota o piedra, relieves o bajorrelieves y diferentes técnicas de pintura y pulido. Aunque existen algunos ejemplos de cerámica policromada, la mayor parte estaba pintada con uno o dos colores o se dejaba sin pintar.
Pinturas
Las excavaciones arqueológicas siguen sacando a la luz nuevos ejemplos de pinturas murales. En Teotihuacán, México, tanto las paredes interiores como las exteriores de los edificios se cubrían con una capa gruesa de estuco en la que se pintaban diseños decorativos o escenas narrativas. En Bonampak y Chichén Itzá, también en México, los mayas y los maya-toltecas pintaban el interior de los templos con frescos realistas en los que representaban hechos históricos. Entre las pinturas murales descubiertas más recientemente están las de Cacaxtla, en Tlaxcala, con su impresionante descripción de las jerarquías divinas, sacerdotales y guerreras. Aunque las primeras pinturas murales se encontraron en Mesoamérica, también se han descubierto en el área intermedia diseños geométricos en tumbas subterráneas en Tierradentro, Colombia, y murales con representaciones mitológicas en Panamarca, Perú. También en Perú, las vasijas de moche con forma de estructuras arquitectónicas nos indican que el exterior de los edificios se pintaba a menudo con motivos simbólicos.
La refinada habilidad para la pintura y el dibujo de muchos de los pueblos precolombinos puede apreciarse en la escritura pictográfica de los códices mayas, mixtecas y aztecas. Las páginas de estos libros, hechas de piel de venado, fibras vegetales o cortezas de diferentes árboles, y plegadas a manera de biombo, estaban cubiertas con figuras y símbolos de gran riqueza cromática y meticuloso dibujo que registraban hechos históricos o mitológicos. Los códices fueron destruidos durante el siglo XVI por los misioneros españoles, por considerarlos instrumentos del mal e inducir a la idolatría, (véase Movimientos misioneros). Entre los pocos que se conservan, todos ellos del periodo posclásico, están tres códices mayas (actualmente en Dresde, París y Madrid, en la Biblioteca Nacional), el Códice Nuttall de los mixtecos (actualmente en el Museo Británico, Londres), y algunas obras aztecas.
También se encuentran muestras de la pintura precolombina en la decoración de vasijas. La cerámica maya, la moche y la peruana de Nazca proporcionan algunos de los ejemplos más excepcionales sobre diseños y técnica.
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